En sólo dos décadas los superhéroes dejaron
los comics para adueñarse de la mayor parte de las superproducciones de
Hollywood y aparecer en la televisión como series animadas, en las fiestas
gracias a líneas de disfraces y maquillaje, y concentrar todo su poder e
influencia en su recinto sagrado de San Diego: la Convención Internacional de
Comics, mejor conocida como Comic-Con.
Dicha convención comenzó con reuniones de
escasas 300 personas que compartían sus gustos por los X-Men, Batman, Spiderman
y otros personajes de historietas. Ahora, la Comic-Con dura cuatro días y atrae
a más de 100 mil personas además de hacer partícipes a empresas de televisión y
cine quienes tienen la plataforma perfecta para ser vistos.
Lo que ocurrió a finales de la década de
1990 es que la tecnología de los videojuegos y de la cinematografía alcanzó
finalmente la calidad suficiente para representar satisfactoriamente las imágenes
de las historietas
Las imágenes rápidamente se convirtieron en
perfumes, estampados en el calzado deportivo, vasos y tazas temáticas,
camisetas con logos de los superhéroes, gorras y decenas de películas que
resultaron en millones de dólares para los productores
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