La mayoría de las empresas siguen pensado que el principal instrumento de motivación para el empleado es el dinero y solamente el dinero, y no es así, el dinero una vez que cubre nuestras necesidades y deja de ser una preocupación, aumentar su cantidad no motiva.
Es parecido a lo que
ocurre con los factores higiénicos, cuando no están presentes generan
descontento pero cuando están presentes no motivan positivamente, como por
ejemplo pueden ser la calefacción o la luz de la oficina.
Entonces, qué necesitamos para motivar.
Maestría: Dejar al trabajador demostrar lo que sabe, es
decir, que pueda poder poner a prueba sus conocimientos, además de que ello
suponga tener cierto grado de desafío y dificultad. En lo que a dificultad se
refiere, depende del empleado, pero es necesario encontrar un equilibrio, ya
que tiene que suponer cierto reto, pero sin ser imposible.
Propósito: Que la empresa y el trabajo tenga un fin, un
motivo o un objetivo, más o menos trascendental y que nuestro trabajo
contribuya de alguna manera a la consecución del mismo, es decir, sentir que
nuestro trabajo es útil para la empresa.
Autonomía: Dar autonomía, permitir al trabajador establecer
sus propios objetivos, horarios de trabajo y metodología.
En este video se explica el tema: YouTube
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